viernes, 5 de marzo de 2010

Tocino de cielo


Tocino de cielo
Ingredientes
11 yemas de huevo
1 huevo entero
100 gr. de azúcar (para el caramelo)
300 gr. de azúcar (para el almíbar)
Agua

Elaboración

1. Pon en un cazo 100 gr. de azúcar con 3-4 cucharadas de agua, debe ser suficiente como para humedecer el azúcar (procura que no se impregnen las paredes del cazo para que no se queme por los bordes).
2. Remueve bien, para que se mezclen el agua y el azúcar y deja  que cueza hasta que el azúcar comience a cambiar de color.
3. Baja el fuego y remueve vigilando el color. Cuando esté dorada vierte sobre el molde en el que vayas a cocinar el tocino. (Debes tener cuidado de que no se oscurezca demasiado o amargará, si se te pasa es mejor que lo tires y hagas uno nuevo o se estropeará todo el postre).
4. En otro cazo pon los 300 gr. de azúcar restantes con agua suficiente para que la cubra ligeramente (ten las mismas precauciones que con el caramelo)
5. Cuando empiece a hervir baja el fuego y mantenlo a temperatura media (unos 15-20 min.)
6. Para saber que el almíbar está en punto de hebra fina toma un poco  de la cocción y déjala caer de la cuchara, cuando las últimas gotas formen una hebra quebradiza estará perfecto.
7. Separa yemas de 11 huevos y añade un huevo entero, bátelo suavemente sin que llegue a formar espuma.
8. Deja que el almíbar pierda el hervor y comienza a añadirlo muy lentamente, en forma de hilo, a las yemas sin parar de remover.
9. Viértelo en el molde sobre el caramelo
10. Prepara una olla grande con 3 dedos de agua, pon dentro una rejilla y cuando comience a hervir coloca el molde sobre la rejilla, sin que toque el agua. Tápala con una tapadera forrada con un paño, para evitar que las gotas de agua que se forman en la tapadera caigan sobre la preparación.
11. Deja que el tocino se cocine al vapor durante 20 min. a fuego medio, sin destapar. Pasado este tiempo ábrelo y comprueba con un palillo si está cuajado (si el palillo sale manchado déjalo unos minutos más).
12. Déjalo enfriar a temperatura ambiente y después refrigéralo al menos dos horas. Desmolda y sirve.

Este delicioso dulce se lo debemos a las monjas de la zona de Jerez. Los vinateros necesitaban una gran cantidad de claras para clarificar sus vinos. Las yemas restantes las regalaban a los conventos y las monjas inventaron esta maravillosa manera de aprovecharlas. Pero cuidado, que su celestial aspecto y sabor no nos engañen: está cargado  de colesterol y calorías. Por eso como todos los grandes placeres, en su justa medida.

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