jueves, 26 de marzo de 2009

Buñuelos de bacalao

Día 21:Aperitivos con bacalao, el producto “estrella” de la Semana Santa.

1. Buñuelos de bacalao


Ingredientes
250 gr. de bacalao salado o desalado punto de sal
100 gr. de harina
2 huevos
1 cucharadita rasa de levadura
1 cucharadita de ajo picado
2 cucharaditas de perejil picado
4 cucharaditas de cebolleta picada
1 cucharadita de cebollino o de la parte verde de la cebolleta
Medio puerro
1 hoja de laurel
5 granos de pimienta
Aceite


Elaboración
1. Si el bacalao es salado ponlo a desalar en agua 24 horas antes, cambia el agua cada 8 horas.
2. Pon a cocer un cazo con un poco de agua, la pimienta, el laurel, el puerro y una cucharada de aceite.
3. Cuando rompa a hervir sumerge en el agua el bacalao, apaga el fuego, tapa el cazo y deja reposar el bacalao durante 10 min.
4. Entre tanto, pica todo lo fino que puedas (o utiliza la picadora) el ajo, la cebolleta, el cebollino y el perejil.
5. Saca el bacalao escúrrelo bien, retira la piel y las espinas y pícalo también fino. Reserva un poco del agua de cocción.
6. En un bol mezcla el bacalao con los aliños picados y dos yemas de huevo. Reserva las claras.
7. Disuelve la levadura en 5 cucharadas del agua de cocción y añádela a la mezcla.


8. Añade la harina poco a poco tamizándola.
9. Deja reposar la masa 10 min., monta las claras a punto de nieve y mézclalas con el resto de ingredientes suavemente, sin batir.
10. Pon a calentar abundante aceite, debe estar bien caliente pero sin humear para que los buñuelos se hagan por dentro y no se quemen por fuera.
11. Con ayuda de dos cucharillas ve haciendo bolitas y echándolas a la sartén. Velas moviendo para que se hagan bien por todos lados. Al sacarlas escúrrelas sobre papel de cocina.



Los buñuelos de bacalao son junto al bacalao encebollado uno de los platos más típicos de la Semana Santa. La falta de pescado fresco en las zonas no costeras antiguamente, hace del bacalao el producto indispensable de la Cuaresma. La obligación de no comer carne en estas fechas hacía que hubiera que recurrir al único pescado que podía conservarse fácilmente por la salazón. Gracias a ello hoy disponemos de una extensa tradición culinaria respecto a este fantástico alimento en todas sus variedades: salado, a medio desalar, desalado, marinado.
Bienvenida sea esa imaginación que nuestras abuelas y las madres de nuestras abuelas desplegaban para aprovechar los pocos recursos disponibles con que contaban.




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